martes, 23 de febrero de 2010

San Juan, una nueva maravilla

DONDE SE CAMINE EN SAN JUAN PUEDE ENCONTRAR CULTURA E HISTORIA POR ESTUDIAR
Detrás del Misti a más de 4 400 m.s.n.m. existe un área natural turística inexplorada por el viajero. Chacchar coca y tener resistencia, serán necesarios en este encuentro con la biodiversidad desconocida.
¡Inimaginable! Así es el distrito de San Juan de Tarucani. Donde el viento helado y a veces fuerte, que ocurre debajo de una densa niebla peculiar durante los tres primeros meses de cada año, se ha escondido por miles de años un escenario natural de potencial turístico desconocido para mundo.
La decisión se inicia dos días previos. – ¿Te atreves a subir en moto hasta San Juan?- pregunta Mauricio Pumacota Huachani, guardaparque de la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca (RNSAB). Eran las 7 de la mañana. La moto arrancó. Fuimos dos viajeros. El domingo 12 de abril la velocidad de la moto, permitió no sentir el frio de aquella mañana. Aunque la densa niebla al llegar a los más de 3 mil m.s.n.m, luego de pasar un túnel, llegó a molestar las piernas que por momentos se adormecieron, pero ya faltaba poco para llegar a la base en la comunidad de Salinas Huito del distrito de San Juan de Tarucani.
- ¡Llegamos¡ Fueron dos horas y media en moto. En bus hubieran sido cuatro horas desde el mismo lugar de inicio. Me hospedé por un día en el puesto de control de Salinas Huito, perteneciente a la RNSAB. Ahí aprovechamos la noche para observar de cerca las estrellas y algunas luces a lo lejos, que según Mauricio “se trataba de un tapado de oro”.
El día se apagó pronto, como se apagan los días en otoño. Ingerimos un desayuno ligero. Esperamos la camioneta con tres guías más, transporte ideal en zonas rurales. De Salinas Huito partimos hacia San Juan de Tarucani. Luego de unos 45 minutos nos dimos cuenta que ya eran las doce del día.
El grupo para la expedición quedó conformado por: Fredy Quispe Ydme, Filomeno Quispe Chancolla, ambos guardaparques de la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca por parte del Contrato de Administración (CA), establecido con la ONG desco (para el mejor aprovechamiento y uso de los recursos naturales del Área Natural Protegida) y don Juan Zapana Choque, Presidente de Promoción Pecuaria de Vicuñas de San Juan de Tarucani, el guía principal y conocedor de la nueva maravilla natural turística.
Castillos de roca
Los cinco integrantes partimos esta vez desde el mismo San Juan de Tarucani. El primer destino: una formación rocosa caprichosamente formada por la erosión del viento. Luego de 30 minutos en camioneta por una trocha, llegamos hasta el establo Sancana. Desde ahí nos sorprendió ver que ese conjunto de piedras es similar a unos imponentes castillos de roca, ideales para una foto postal.
A doce minutos nos encontramos con Alejandrina Velásquez Chancolla (24). Una joven que juntó sus fuerzas a la de algunos varones para arreglar el cerco de vicuñas de Tari, donde el forastero puede contar hasta 350 vicuñas en un área de 900 hectáreas - 12 kilómetros lineales.
Alejandrina junto a su pequeño hijo Christian Velásquez (05), saben que organizadamente los propósitos son más fáciles de lograr. El principal por ahora: atraer el turismo pero responsable. “Nosotros somos poseedores de bofedales, cerros encantados y preciosas vicuñas”, dijo inconteniblemente Alejandrina.
Rastros de un volcán
La expedición recién empezaba. Don Juan Zapana tiene 75 años, pero la juventud de viajero le sobra. Lo seguimos. Así llegamos a una altitud de 4 184 m.s.n.m hasta la cabaña Picotampata. Desde allí lo que se vio era para no creer.
“Según contaban nuestros ancestros, hace miles de años en esta zona existió un volcán. Una fuerte explosión dejó este hueco cuya profundidad desconocemos. El impacto fue muy fuerte”, nos contó un jovial Juan Zapana, además ex alcalde de San Juan de Tarucani en el período del año 1 983 al año 1989. Aquí los estudios de antropología e historia, determinarían datos exactos y se sabría qué ocurrió realmente.
Huella del cóndor y de Dios
En el territorio de esta cabaña, donde además se conserva un cerco semillero de tola de 47 hectáreas impulsado por especialistas del Contrato de Administración entre la RNSAB y la ONG DESCO, las sorpresas no acababan.
En una roca don Juan nos mostró claramente la marca de la pata de un cóndor y al costado de la misma también se quedó impregnada la huella de una pisada humana. ¿Quién dejó estas marcas? Don Juan y ahora Mauricio Pumacota se han grabado la leyenda que cuenta que en esta piedra se habría parado un cóndor para proteger a Jesús del diablo. Otra teoría podría ser que alguien años atrás, grabó esta huella de cóndor de un centímetro de profundidad y de 10 por 15 centímetros de longitud total.

Cueva a lo desconocido
La tarde nos sorprendía. Un chullo en la cabeza y una gruesa casaca para cubrirse hasta la nariz nos protegió de corrientes de viento a veces fuerte a veces suave que aumentaban el frio en esta altura.
De las huellas caminamos 800 metros cuesta arriba hasta la zona llamada Molleponco Chico. Don Juan nos adelantó minutos antes de la evidencia de un profundo túnel y efectivamente. Nos paramos frente a un túnel. Mauricio y Fredy se acercaron. – No vemos nada - dijeron.
“El túnel tiene una profundidad de 5 kilómetros de longitud en dirección al cerro Carpanani. Dicen que por aquí Jesús logró escaparse del diablo”, compartió Juan Zapana.
Pinturas rupestres y rostro Inca
Pero… ¿y la salida? – ahora hacia allí nos dirigimos- respondió don Juan. Las maravillas no terminaban. Una formación rocosa de una altura desafiante y perfecto para el deporte de aventura nos decía: “vengan y suban sobre mí”.
Eran más de las dos de la tarde. Mentalizados por el frio llevamos pesada ropa de abrigo, pero Mauricio nos recomendó que en la segunda expedición deberíamos usar ropa ligera y zapatos adecuados para montaña.
Ubicados ya en la planicie. Una base adecuada para en grupo iniciar la subida, don Juan experto conocedor del lugar, nos mostró las grabaciones de curiosas pinturas rupestres. Contamos 10 hombrecitos, al parecer guerreros de color ocre, que portaban un tipo de armamento en el hombro. ¡Impresionante! Al frente en otra cueva don Filomeno Quispe y Mauricio encontraron una pequeña cueva con señales al parecer de cruces, también del mismo color. Eran también diez y a la vista en la planicie se ven además diez montones de roca, que los antiguos llaman apachetas. Todo está intacto aunque algunos ingenuos del tesoro ya quisieron rasgarlo. Este es un legado que debería estudiarse.
En un momento, don Mauricio de una mirada fijó una piedra con perfil de un inca. Entonces la bautizamos como con derecho a hacerlo con el nombre de “rostro Inca”. La imaginación esta vez no nos engañó.
Subiendo al Carpani
El cierre de la expedición superó nuestras expectativas al estar frente al cerro Carpani. Por momentos dudamos subir a ese imponente cerro de rocas en pendiente. – ¿Si nos gana la noche?, - ¡Se ve peligroso!,- ¿llegaremos arriba?, nos decíamos.
- ¡Pues vamos! Don Juan iba marcando el camino. Fredy Quispe y Filomeno trepaban al mismo ritmo. Don Mauricio y yo seguíamos detrás. Nuestros brazos fueron nuestras sogas y nuestro sostén la espalda.
A medio camino o mejor dicho a media altura de la cima, la respiración fue más rápida. ¡Prohibido mirar abajo! Cualquier movimiento en falso, un mareo y todo estaba perdido. Era momento de querer a las piedras, abrazarlas con fuerza. Sentirse seguro al sujetar la tola o queñoa que habían crecido por ahí para sostenerse y seguir subiendo.
¿Don Juan llegamos? – Sí, pasamos el peligro- nos dijo. Habíamos demorado tres horas en subir. Pero llegamos exactamente a 4 447 m.s.n.m. Estábamos sobre el Carpani. Ahí encontramos la salida del misterioso túnel. Soltamos una piedra y nunca sentíamos el final.
Desde ahí contemplamos la despedida del atardecer. La represa El Frayle y la laguna del cerro Orronsani. Las formaciones naturales en la tierra. Sencillamente sentimos el placer que la naturaleza nos regala.

En lo alto recordé al pequeño Christian Velásquez que me dijo: “Mira al cielo, las nubes nos persiguen. Mira los cerros, siempre nos acompañan cuando nos acercamos a ellos. Pero ¡mira¡ - ahora estamos lejos y ya no los vemos, ¿sabes? todo esto nos pertenece”. Y es que lo natural es de valor incalculable.

Por hacer
Conocedores de este legado natural. La asociación de Criadores de Vicuña apoyados por la Jefatura de la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca, especialistas del CA por parte de la ONG desco y la Municipalidad de San Juan de Tarucani, se ha propuesto una actividad que mostrará estas reliquias en el mes de setiembre.
El tiempo ya es corto. El Presidente de dicha Asociación, Eloy Choque Flores, nos contó que la asociación conformada por 72 socios inició los trabajaron de marcación de vías, arreglos y señalización de rutas.
Estima que necesitarán un presupuesto de once mil soles. Las gestiones de apoyo están en marcha. Acudirán a la Municipalidad Provincial de Arequipa y al Gobierno Regional para lograr sus objetivos.
“Son nuestros primeros pasos. Queremos acondicionar restaurantes, espacios para recibir a los visitantes, arreglar nuestras vías de acceso, pero es un largo proceso. Tenemos lo principal, pero queremos involucrar a nuestras autoridades de Arequipa para que nos ayuden”, remarcó entusiasta Eloy Choque y razón no le falta.
Importante
El distrito de San Juan de Tarucani está ubicado a 4 200 m.s.n.m. en la misma capital del distrito, viven un promedio de 200 familias.
Su principal actividad es la ganadería y artesanía.
Durante los tres primeros meses del año, sus cerros Condori y Aldaba, principalmente se convierten en preciosos nevados.
En la cima de sus cerros habitan también las tarucas (un tipo de venado), águilas, halcones, vizcachas, pequeños reptiles, zorros, pumas y otras especies de fauna que están rigurosamente protegidos del hombre por la RNSAB, dentro del Área Natural Protegida.

3 comentarios:

damaris.cf dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
damaris.cf dijo...

El distrito es en verdad muy hermoso, y la descripción que haces es exactamente lo que yo diría. Es cierto que aun falta mucho por conocer y promocionar y es necesario empezar ya con este proceso. Empezando con trazarnos metas a corto plazo para realizar una meta general.

damaris.cf dijo...

¿Puedo usar este blog para ponerlo en una publicacion de mi pagina de facebook?, es justamente un facebook de San Juan de Tarucani - Pucasaya.